
REBELDIA Vs. ACEPTACION
En ocasiones nos tocar escoger entre la rebeldía y la aceptación; entre alzar la voz, gritar y defender nuestros derechos, o bajar la cabeza, correr y alejarnos. La rebeldía es natural de sentirla porque la vida nos enfrenta con situaciones que se nos hace difícil aceptar. Igualmente nos pasa cuando las cosas no salen como nosotros deseábamos que pasaran. Recurrimos al rechazo de la realidad, y principalmente a no querer aceptar nuestra realidad.
Si hablamos de circunstancias físicas; cualquiera se rebela si recibe una bofetada en una mejilla, sin pensar responde con otra; o puede aceptarla y humildemente poner la otra mejilla para que le den otra bofetada más fuerte. En las dos ocasiones no hay ganador ni perdedor; al que se rebela, lo llaman agresivo, intolerante, etc., etc. Y desafortunadamente, el que acepta lo llaman cobarde, sin carácter, etc., etc.
En circunstancias emocionales; rechazamos lo que no queremos escuchar, lo que no quisiéramos que nos pasara, nos rebelamos a aceptar factores que están fuera de nuestro control. Aunque nos jalemos el pelo, gritemos a pecho abierto como locos, nos desgarremos la piel, saltemos de arriba para abajo; "la situación será la misma". En otras palabras no hay vuelta atrás, solamente queda seguir hacia adelante aunque nuestro paso sea lento, dar la cara y enfrentar de buena voluntad lo que vendrá después..
Estoy en la segunda vuelta de una situación fuera de mi control que no puedo cambiar; de que sirve rebelarme, de que sirve usar mi energía en cambiar lo que inevitablemente sucede. Aceptar lo inevitable no es cobardía; sencillamente es recobrar la cordura, esa cordura que se pierde al instante que recibimos noticias que nunca hubiéramos querido escuchar. Aceptar un factor real de vida es recobrar el aplomo y dignamente caminar hacia adelante
Memorias de BriznaDpaz
Enero 24, 2010
En ocasiones nos tocar escoger entre la rebeldía y la aceptación; entre alzar la voz, gritar y defender nuestros derechos, o bajar la cabeza, correr y alejarnos. La rebeldía es natural de sentirla porque la vida nos enfrenta con situaciones que se nos hace difícil aceptar. Igualmente nos pasa cuando las cosas no salen como nosotros deseábamos que pasaran. Recurrimos al rechazo de la realidad, y principalmente a no querer aceptar nuestra realidad.
Si hablamos de circunstancias físicas; cualquiera se rebela si recibe una bofetada en una mejilla, sin pensar responde con otra; o puede aceptarla y humildemente poner la otra mejilla para que le den otra bofetada más fuerte. En las dos ocasiones no hay ganador ni perdedor; al que se rebela, lo llaman agresivo, intolerante, etc., etc. Y desafortunadamente, el que acepta lo llaman cobarde, sin carácter, etc., etc.
En circunstancias emocionales; rechazamos lo que no queremos escuchar, lo que no quisiéramos que nos pasara, nos rebelamos a aceptar factores que están fuera de nuestro control. Aunque nos jalemos el pelo, gritemos a pecho abierto como locos, nos desgarremos la piel, saltemos de arriba para abajo; "la situación será la misma". En otras palabras no hay vuelta atrás, solamente queda seguir hacia adelante aunque nuestro paso sea lento, dar la cara y enfrentar de buena voluntad lo que vendrá después..
Estoy en la segunda vuelta de una situación fuera de mi control que no puedo cambiar; de que sirve rebelarme, de que sirve usar mi energía en cambiar lo que inevitablemente sucede. Aceptar lo inevitable no es cobardía; sencillamente es recobrar la cordura, esa cordura que se pierde al instante que recibimos noticias que nunca hubiéramos querido escuchar. Aceptar un factor real de vida es recobrar el aplomo y dignamente caminar hacia adelante
Memorias de BriznaDpaz
Enero 24, 2010