BELLA LUNA DE MADRUGADA
Bella luna! Ayer cuando en la madrugada iba camino a enfrentar a una de las tantas batallas que me presenta la vida, tu luz brillaba esplendorosa en medio de una oscura madrugada. Te veía y me preguntaba si no era cosa del destino que tu luz me acompañara en ese recorrido, momentos en que necesitaba tanto de un pequeño rayo de luz, una esperanza para fortalecer mi espíritu.
Seguía mirándote y me acompañaste hasta el final de mi camino, cuando llegué ya tu luz empezaba a ser reemplazada por la luz de un nuevo día, un día en que me esperaba un acontecimiento que volvía a marcarme nuevas rutas a seguir, a cambiar planes, adaptarme de nuevo ---aunque fuera por un tiempo--- a otra clase de vida, y sobre todo, a compartir con otros rostros; unos tristes cautivos en su soledad, otros compasivos y algunos hasta alegres.
He dicho anteriormente que cuando ya se ha recorrido un camino se aprende a cómo evitar piedras, hoyos, baches; a cómo pedalear fuerte en las subidas y a cómo poner el freno en la bajadas; sin embargo a veces aunque se crea que es el mismo camino, los paisajes son diferentes algunas piedras han rodado cuesta abajo y no están en el mismo lugar, los anteriores hoyos y baches han sido reparados pero han surgido otros más hondos que de nuevo tenemos que aprender a saber evitarlos, y no digamos las subidas y bajadas, parecen como que hubieran sido cambiadas de lugar, se miran distintas: las subidas ahora parecen unas interminable montañas que para llegar a la cumbre necesitaremos de una nueva bicicleta para poder ver del otro lado de la montaña y las bajadas, esas se han alargado haciéndose más planas, quizá porque la lluvia ha hecho resbalar la tierra para que el transeúnte tenga la posibilidad de bajar despacio y seguro. Si se cayera, que pueda levantarse pronto y no le sea tan penosa otra vez la subida.
Ayer empecé en mi vida un nuevo camino que se divide en dos: el primero me da otra vez la oportunidad de seguir fortaleciéndome a mí misma sin lamentar los hechos y las situaciones en que me pone la vida; el segundo, podía sentarme a llorar mi desgracia. Por experiencia no tengo duda en que tomaré el primero, seguiré con el optimismo y entusiasmo de creer que todo tiene solución si se tiene buena actitud, de creer que Dios nos pone en ciertas circunstancias por alguna razón, de haber adquirido una buena lección de humildad, de aceptar lo que no puedo cambiar y por ultimo, ponerle buena cara al mal tiempo.
Bellísima luna! Gracias te doy porque ayer en la madrugada me hiciste reflexionar y al mismo tiempo que iluminabas mi recorrido, transmitiste ese rayo de luz a mi cuerpo, mente y alma; me fortaleciste.
Luna de la madrugada, bendita seas!
Memorias de BriznaDpaz
Marzo 31, 2010
