VOLVER AL MISMO CAMINO
Dicen que no hay que volver a caminar por el mismo camino si éste está lleno de piedras, de polvo y de espinas que nos hacen sangrar; dicen que hay que buscar otro camino mejor y no regresar al mismo ya andado, sin embargo a veces no hay otra alternativa, se tiene que volver de nuevo, se tiene que caminar sobre esas piedras, sobre ese polvo y a sangrar de nuevo sobre las mismas espinas.
¡Cómo quisiera tener alas y volar sin tener que caminar por ese mismo camino!
¡Cómo quisiera tener las piernas de Goliat y de un salto llegar a la otra orilla!
Pero que tristeza, no tengo alas para volar ni las piernas de Goliat; por lo tanto tengo que resignarme a caminar, a volver a dar los primeros pasos sin tambalear; sin caer sobre las piedras, a sacudir el polvo y sacar una a una cualquier espina que se me incruste en el camino; volver a cargar sobre mi espalda ese costal de preguntas que un día me hice y que hoy me vuelvo hacer:
¿Qué me espera esta vez al final del camino?
¿Quién me dará la bienvenida?
¿Será el sol con su brillante luz, o será la oscura noche sin luna ni estrellas?
Por lo pronto solamente queda esperar, pretender tener la fuerza de Goliat y emprender el camino.
Memorias de BriznaDpaz
Enero 15, 2009
Dicen que no hay que volver a caminar por el mismo camino si éste está lleno de piedras, de polvo y de espinas que nos hacen sangrar; dicen que hay que buscar otro camino mejor y no regresar al mismo ya andado, sin embargo a veces no hay otra alternativa, se tiene que volver de nuevo, se tiene que caminar sobre esas piedras, sobre ese polvo y a sangrar de nuevo sobre las mismas espinas.
¡Cómo quisiera tener alas y volar sin tener que caminar por ese mismo camino!
¡Cómo quisiera tener las piernas de Goliat y de un salto llegar a la otra orilla!
Pero que tristeza, no tengo alas para volar ni las piernas de Goliat; por lo tanto tengo que resignarme a caminar, a volver a dar los primeros pasos sin tambalear; sin caer sobre las piedras, a sacudir el polvo y sacar una a una cualquier espina que se me incruste en el camino; volver a cargar sobre mi espalda ese costal de preguntas que un día me hice y que hoy me vuelvo hacer:
¿Qué me espera esta vez al final del camino?
¿Quién me dará la bienvenida?
¿Será el sol con su brillante luz, o será la oscura noche sin luna ni estrellas?
Por lo pronto solamente queda esperar, pretender tener la fuerza de Goliat y emprender el camino.
Memorias de BriznaDpaz
Enero 15, 2009
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